Ciudadanos del conocimiento
El paso vertiginoso del tiempo y los asombrosos avances en la tecnología impulsan el proceso de enseñanza- aprendizaje a nuevas esferas y espacios que le permitan garantizarse una vigencia en los campos del conocimiento, de allí la necesidad que tenemos los educadores de asumir nuevos roles, incursionar en el maravilloso mundo de la tecnología, para ser, como dice Macedonio Alanís (2010) agentes de cambio.
La aparición de nuevos modelos educativos responden precisamente a esas condiciones emergentes de la sociedad del conocimiento, donde la persona es definitivamente la protagonista de primera línea como lo proponen Lozano y Burgos (2007) y donde cobra valor lo que decía Alexander Von Humboldt “En el fondo son las relaciones con las personas lo que le da valor a la vida.” Esta visión del ser humano como sujeto de cambio en el ámbito del aprendizaje tiene que enfocarse definitivamente en esa visión integral del ser, “desde el centro hacia la periferia” Lozano y Burgos (2007) que involucra todos los factores y elementos del modelo en mención.
Todo cambio genera crisis, resistencia, por lo tanto buscar la implementación de nuevos modelos como el que se viene planteado, no resulta del todo fácil, pues las formas acostumbradas hacen caminos en medio de la sociedad; la comodidad que genera lo conocido y la incertidumbre que acompaña lo novedoso propician en los individuos ciertas resistencias, sin embargo la misma dinámica que acompaña el progreso de la especie obliga asumir el cambio, de lo contrario se corre el riesgo de desaparecer o quedar relegado del ámbito en el que nos desenvolvemos. Por tanto la dinámica del mismo proceso permite que paulatinamente los desajustes, descontentos, la misma crisis que se menciona anteriormente vayan cediendo para dar espacio a un modelo que responde de manera acertada a necesidades actuales.
Este dinamismo en el que estamos inmersos nos ha llevado a cambiar la manera aún de relacionarnos y de replantear nuestro rol en la sociedad, sin duda, la visión de nuestro mundo como “una pequeña aldea” nos ha traído a vernos como ciudadanos del mundo. La sociedad del conocimiento reclama de los individuos que la conforman el desarrollo de unas competencias significativas que garanticen su eficaz y eficiente desempeño que garantice vigencia en el nuevo contexto. Esto conlleva como bien lo expresan Lozano y Burgos (2007) al enfrentamiento de nuevos retos que van desde el conocimiento como tal, hasta lo político y la integración social.
Ese ciudadano del conocimiento está llamado a interpretar su propia concepción del mundo, del establecimiento de relaciones y del aprendizaje que involucra todas las esferas sociales e individuales, pero que necesariamente toca lo humano, retomando la expresión de Humboldt; tal concepción nos recuerda que hemos sido llamados a construir y desarrollar no solo conocimiento, sino también relaciones que inevitablemente tienen que ver con la dignidad humana, principios, normas y valores como lo expresan Buendía y Martínez (2007) todo esto encaminado al desarrollo integral, la visión holística del hombre.
Lo anterior nos conduce de manera inmediata a asumir unas dimensiones y competencias desde lo individual hasta lo social, desarrollando habilidades que nos permitan como participantes de una nueva sociedad llena de retos, responder de manera apropiada a esas demandas. El avance tecnológico y de las telecomunicaciones, ha llevado al surgimiento de las comunidades virtuales y de nuevos enfoques de las relaciones, los negocios, la educación, esta última ha sufrido unos cambios notorios, lo que ha permitido el surgimiento de la educación virtual, es en ella donde se van a evidenciar gran parte de las competencias que debe desarrollar todo ciudadano del conocimiento.
Es a nosotros, los protagonistas del siglo XXI a quienes nos corresponde sumergirnos en los avances de la ciencia, la tecnología y el conocimiento para seguir construyendo sociedad y generar cambios significativos en nuestro entorno, sin perder de vista al ser humano y las relaciones que establece; el ámbito educativo, es sin lugar a dudas un territorio privilegiado para el desarrollo de habilidades y competencias del ciudadano del conocimiento.
